Clases particulares para mejores resultados académicos
Es posible que no quede nadie que no haya dado clases particulares de alguna materia en su vida. Porque si no es de las clásicas asignaturas que se le atragantan en la época de estudiantes, quizá haya sentido la necesidad de contratar a un profesor particular para aprender a tocar la guitarra, hacer dibujo artístico o para enseñarle esgrima.
Pero aunque esta última afición no es la mayor de las circunstancias ni mucho menos es enormemente popular, hay necesidades que sí lo son por habituales y por urgentes o decisivas. Es el caso de contar profesores particulares para aprobar un curso debido a fallos en una o varias asignaturas pendientes.
Las razones más típicas con las de no avanzar convenientemente en el curso y esto es algo también muy típico en la enseñanza reglada, sobre todo en la etapa de la ESO. Los estudiantes son a su vez unos perfectos adolescentes y todos sabemos lo complicada que puede llegar a resultar para un joven la esforzada tarea de estudiar y aprobar. Que también son dos cosas diferentes en muchos de los casos, no todos.
Y precisamente como hay muchas y variadas circunstancias personalizadas, son los padres de estos adolescentes los que suelen tomar la decisión de buscar cursos para sus hijos e intentar salvar la situación. Que casi siempre es salvable con excepciones, pero se intenta, incluso a veces cuando ya no tiene remedio porque se ha tomado la decisión demasiado tarde.
Siendo esta etapa una de las más difíciles para los alumnos por los cambios que conlleva a nivel docente y educativo por la importancia de las materias, también confluye la transición que supone la adolescencia, un cóctel explosivo que se salda con muchos fracasos escolares. Pero los familiares suelen tomar cartas en el asunto y un recurso que puede ser infalible es contar con la ayuda de clases particulares y a domicilio a ser posible.
Porque esta es la ventaja más decisiva frente a matricularse en una academia extra y aumentar el número de clases lectivas, pero sin que el método cambie con respecto a seguir las clases diarias del centro escolar o el instituto. Y si son online, muchos alumnos de edades escolares no tienen la suficiente responsabilidad de conectarse con sus dispositivos para seguir los ejercicios o mantener sus encuentros virtuales en las plataformas online.
De manera que el sistema más eficaz sigue siendo el bis a bis con un profesor particular con el que no queda más remedio que prestar la atención debida.